viernes, 13 de agosto de 2010

Tres Tremendas Realidades San Lucas 16:19-31

Todo el  capítulo de san Lucas, con excepción de los versículos 16-18, trata del tema  de la mayordomía. Empieza con la parábola  del mayordomo injusto cuyas últimas palabras son: "Ningún siervo puede servir a dos señores porque aborrecerá al uno y amará al otro, o se dedicará  a uno y menospreciará al otro. No podemos servir a Dios y a las riquezas.

 Pero "los fariseos que eran avaros, oían todas estas cosas y se burlaban de Él. Y Él les dijo: vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres. Pero Dios conoce vuestros corazones; porque lo que entre los hombres es sublime, delante de Dios es abominación (v. 13-15).luego, para reforzar su enseñanza, Cristo relato el caso del rico y Lázaro.

Además de hacer hincapié en que no es siervo de Dios quien administre los bienes materiales en beneficio propio, este relato llama la atención a tres tremendas realidades que siempre debemos tener en cuenta. ¿Cuáles son?

I.- Llama la atención  a la realidad  de un evento inescapable:

   A).- Este evento inescapable es la muerte. Fallecieron tanto el rico como Lázaro. Del primero se especifica que fue sepultado, sin duda con el lujo que correspondía a su categoría. Del entierro de Lázaro  nada se dice. ¡Pero la muerte le sobrevino a ambos!

B).- En toda la historia humana sabemos de solo dos personas que no conocieron muerte: Enoc y Elías. En cuanto a los demás, incluyéndonos a nosotros, "Está establecido que el hombre muera una vez y después el juicio. Así es que nos conviene tener en cuenta la admonición una vez dada al rey Ezequías: "Pon en orden tu casa, porque vas a morir y no vivirás.

jueves, 12 de agosto de 2010

EL SECRETO DE LA VICTORIA Jueces 7:1-22

En el mundo hispano el pueblo evangélico ha sido siempre la minoría, y esta situación no ha dejado de desanimar a muchos. La vasta mayoría de las personas cuyo idioma nativo es el español no conocen a Cristo en una experiencia de salvación. ¡Esto sí que es una tragedia de colosales proporciones! ¿Será posible que el minoritario pueblo evangélico hispano logre ganar a sus muchos hermanos de raza?


La Biblia nos da la respuesta a esta pregunta en un pasaje que trata de 300 hombres que triunfaron sobre un ejército que era tan numeroso “como langostas”, y aun “sus camellos eran incontables, numerosos como la arena que está a la ribera del mar”.

En la sonada victoria que Dios concedió a los 300 soldados de Gedeón contra las innumerables huestes de Madián descubrimos el secreto para una victoria evangelística y misionera en el mundo hispano de hoy. ¿En qué consiste el secreto de tal victoria?


I.- CONSISTE EN EL CARÁCTER DE LOS QUE LUCHEMOS: (Jueces 7:1-7).

A).- Tenemos que ser humildes (v.2, 3)

Nótese que para identificar a los humildes, Dios eliminó a los cobardes. La persona humilde no depende de sí misma, sino de Dios. Y solo los que dependan de Dios tendrán valor frente a los que sean más fuertes que ellos. (David y Goliat 1ª Sam. 17:45).

B).- Tenemos que ser totalmente consagrados a la lucha. (v. 4-7).

9700 de los que pasaron la primera prueba fallaron en la segunda. Tenían tanta sed que cuando se les dio oportunidad para beber, solo pensaban en sí mismos y soltaron sus armas para beber directamente del arroyo. En cambio, los 300 hombres pensaban en la opresión que padecían sus familias y se mantuvieron en guardia, empuñando sus armas en una mano mientras llevaban agua a la boca con otra. (Pablo y su consagración Hechos 20:24).



II.- CONSISTE EN LAS ACTIVIDADES QUE DESARROLLEMOS EN LA LUCHA (Jueces 7:15,16).

A).- En primer lugar, debemos desarrollarnos en la ADORACIÓN (Jueces 7:15).
Como dice Proverbios 21:31: "EL“CABALLO ES ALISTADO PARA EL DÍA DE LA BATALLA, PERO DE JEHOVÁ PROVIENE LA VICTORIA”. Así lo comprobó el rey Josafat (2º de Crónicas 20:1-22). No importa cuán urgente sea actuar, primero hay que apartarnos para adorar a Dios. Nuestro Señor tenía la práctica de adorar. (Lc.5:15,16).

B).- En segundo lugar, debemos desarrollarnos en el testimonio:

1.- En el testimonio de vidas luminosas, simbolizado por las teas encendidas (Jueces 7:16; Mt. 5:14; Ef. 5:8-12).

2.- En el testimonio de palabras claras, simbolizado por el sonido estentóreo de las cornetas (Jueces 7:16,20; Hechos 11:13,14; 18:9-11).



III.- CONSISTE EN LA TÁCTICA O ESTRATEGIA QUE EMPLEEMOS EN LA LUCHA (Jueces 7:17-21).

A).- Tenemos que mantener la vista clavada en nuestro jefe (v. 17; Heb. 12: 2,3; Juan 21:20-22)

B).- Tenemos que ocupar el lugar que el jefe nos asigne (v. 21) Recordemos que nuestros respectivos dones espirituales nos capacitan para rendir el preciso servicio que Dios espera de cada uno (1ª de Ped. 4:10-11).

C).- Tenemos que consentir en el rompimiento de nuestros cántaros para que sea vista la luz que llevamos dentro (v. 19; Hechos 9:15,16) Recordemos el impacto sobre Saulo, de la manifestación del Espíritu de Cristo en la muerte de Esteban (Hechos 7:55-60; Lc. 23:34; Hechos 26:14).

La historia habla de los grandes despertares espirituales entre pueblos de habla alemana, inglesa, galesa, china y coreana. Pero hasta ahora no ha habido tal despertar entre los que hablamos el español. La culpa no es de Dios. Él no hace distinción de personas (Hechos 10:34). La responsabilidad es nuestra.

Hemos visto en qué consiste el secreto de una victoria evangelística y misionera. ¿Permitiremos que el Espíritu Santo produzca en nosotros la humildad y entrega total que esta lucha demanda? ¿Tomaremos tiempo cada día para estar a solas con el Señor en adoración personal, así como para "“o dejar de congregarnos” (Heb. 10:25) Para la adoración comunitaria y la mutua exhortación? ¿Miraremos fijamente a Jesús para saber siempre cuál es el sitio que debemos ocupar?

¿Estaremos dispuestos a sufrir por el rompimiento de nuestra comodidad, ambición o bienestar personales para que avance el reino de Dios en el mundo que nos rodea?
Si es así, entonces hay motivo para esperar que el mundo hispano sea sacudido por un despertar espiritual que traiga millones de almas a los pies de Jesucristo.